Cuando comenzamos este camino, hace ya más de dos décadas, teníamos un sueño: el sueño de transformar vidas a través de la capacitación en terapias alternativas. Y hoy, puedo afirmar con orgullo que ese sueño se ha hecho realidad una y otra vez.

A lo largo de todos estos años, hemos sido testigos de historias maravillosas, de alumnos que han llegado con sus corazones abiertos, buscando conocimiento y crecimiento personal. Hemos compartido risas, lágrimas, desafíos y triunfos. Hemos formado una comunidad de personas comprometidas con el bienestar de los demás, dispuestas a sanar y transformar vidas.

Cada uno de ustedes, nuestros alumnos, ha sido una pieza fundamental en este viaje. Han dedicado tiempo, esfuerzo y pasión para adquirir las herramientas necesarias que les permitieran marcar la diferencia en la vida de sus pacientes. Han abrazado el conocimiento con una sed insaciable, y ese deseo de aprendizaje ha sido la chispa que ha encendido la llama de la transformación en sus vidas y en las vidas que han tenido el privilegio de tocar.

No puedo evitar emocionarme al pensar en todos los testimonios que hemos presenciado a lo largo de estos años. Desde aquellos que han encontrado alivio en el dolor físico, hasta aquellos que han experimentado una sanación profunda a nivel emocional y espiritual. Cada historia es un recordatorio poderoso de que nuestra labor tiene un propósito. Son ustedes los verdaderos arquitectos de este legado, los pilares que han sostenido el crecimiento y la evolución de Sentir Salud a lo largo de todos estos años. Y por supuesto, a nuestras familias y seres queridos, que nos han brindado su apoyo incondicional en cada paso del camino. Han sido nuestros pilares de fortaleza, nuestros ángeles protectores, nuestros impulsores en los momentos de duda. Sin ustedes, este recorrido no habría sido posible.

Hoy, al mirar hacia el futuro, siento una profunda emoción y optimismo. Sé que el camino por delante nos depara aún más oportunidades de crecimiento y aprendizaje.